Este es el tercer y último blog en la serie sobre la gestión del tiempo, donde comparto tres ideas poderosas que nos pueden ayudar a mejorar lo que hacemos con nuestro tiempo.
La gestión del tiempo es uno de los temas que más me fascina porque creo que lo que hacemos con nuestro tiempo es lo que hacemos con nuestras vidas, y, si no nos aseguramos que nuestras actividades correspondan sistemáticamente con el tipo de vida que queremos vivir, caemos en la trampa de vivir una vida diferente a la que deseamos. Esta última aseveración parecerá obvia o incluso circular en su lógica, pero considera lo siguiente: una cosa es querer, otra cosa es ejecutar. Comprometerse a hacer un cambio y hacerlo toma mucho más esfuerzo que soñarlo.
El tercer principio que compartiré es muy práctico y nos ayudará a comenzar a hacer estos cambios que deseamos. Pero antes de introducir el tercer principio, recordemos los primeros dos:
Número 1: Mientras todavía respiremos, tenemos la capacidad de elegir mejor cada día lo que hacemos con nuestro tiempo.
Número 2: Para poder tomar mejores decisiones sobre qué hacer con nuestro tiempo, debemos tener claras nuestras prioridades.
Ya que hayamos aclarado nuestras prioridades, necesitamos comprometernos a hacer cambios, y suponiendo que este compromiso exista, entonces lógicamente el próximo paso es rediseñar la manera en que pasamos el tiempo. Maneras de rediseñar nuestras actividades las hay como las hay personas en el mundo, desde luego. Rediseñar nuestro tiempo puede consistir en una remodelación total o simplemente puedes añadir, quitar o mover actividades. Todas estas maneras de hacerlo son completamente válidas y seguro hay otras vías diferentes para repintar tu cuadro temporal, pero el tercer principio que me gustaría ofrecer representa una preferencia por uno de estos modos de remodelación:
Número 3: Piensa en quitar antes de añadir.
Hay varias razones por las que creo que hay que empezar deshaciéndote de actividades y papeles que no contribuyen a tus propósitos y deseos.
Primero que todo, muchos de nosotros no sabemos decir que"no" y como consecuencia de querer complacer a los demás o cumplir con sus expectativas, hemos aceptado muchas más responsabilidades que las que verdaderamente queremos. Nos sentimos abrumados, y dado las circunstancias tan complejas y dinámicas de nuestras comunidades, nuestro país y el mundo, esto nos crea un estrés enorme. En este momento vibramos a una frecuencia mucho más alta de lo que deberíamos.
En vez de intentar exprimir mucho más de nuestro día, lo cual resulta en mayor estrés y agobio, piensa en quitar. Esto te ayudará a enfocarte más en las cosas que sí quieres hacer. Tendrás más tiempo libre, tiempo para la quietud, tiempo para la creatividad y para que la inspiración te visite... tiempo para todo aquello que quieras.
Una estrategia muy práctica para eliminar actividades es hacer una lista de tus diferentes papeles y todas las actividades que haces dentro de cada papel. Piensa en eliminar papeles que no te brindan alegría, los que no te añaden valor a la vida, los que no tienen el impacto social que deseas tener. También intenta bajar tus expectativas cuando se trata de los quehaceres. ¿Qué es lo que verdaderamente tienes que hacer y qué es lo que puedes hacer con menos frecuencia (por ejemplo, limpiar menos o lavar la ropa menos frecuentemente)?
Una vez que hayas eliminado lo que no te sirve, naturalmente tendrás espacio en tu calendario para tomar decisiones sobre lo que quieres añadir, si lo hay. Parafraseo aquí a un gran mentor mío, el Doctor Zachary Green, cuando dices que no, alégrate de ese no porque estás diciendo que sí a algo que verdaderamente te importa.
Preguntas de discusión: 1) ¿A qué le puedes decir que no, y cuál sí podrás activar tras decir ese no? (¿Cuáles actividades puedes eliminar y al hacerlos en qué podrás invertir más tiempo?) 2) ¿Qué estrategias sueles usar para rediseñar tu tiempo?
Comments